Nada menos que la igualdad

April 17, 2017

¿Por qué el New York Times propone formas más "racionales" para atacar a los inmigrantes y sus comunidades?

EN SU editorial del 20 de marzo, el New York Times llamó a aplicar la ley contra empresas que empleen a trabajadores indocumentados. Si no, el periódico advirtió "los contribuyentes seguirán financiando una larga, costosa y despiadada represión contra los inmigrantes, mientras los empleadores seguirán tranquilamente sacando provecho de la mano de obra inmigrante, y haciéndose los desentendidos."

Cinco días antes, en un barrio industrial de Queens, a cuatro millas y un universo de las oficinas del Times en Midtown, la gerencia de Tom Cat Bakery distribuyó cartas afirmando que como resultado de una auditoría gubernamental, los trabajadores que no puedan proporcionar prueba de su estatus migratorio legal, dentro de diez días, serían despedidos.

¿Es esto lo que el New York Times quiere? Y si es así, ¿cómo es esto diferente de la "despiadada represión contra los inmigrantes" que dice estar en contra?

Sorprendió a muchas personas ver al periódico liberal más famoso del país dar consejos a la administración Trump de cómo cazar inmigrantes de una manera más eficiente. En respuesta a la xenofobia de Trump, los principales medios de comunicación, como el Times, finalmente habían comenzado a reportar sobre el terrible costo humano de las deportaciones y las detenciones de inmigrantes, lo que por mucho tiempo ignoraron durante los largos ocho años de Barack Obama como el "Deportador-en-Jefe."

Immigrant workers rally in New York City to demand full legal and political rights

Los inmigrantes y sus partidarios debemos tomar la editorial del Times como un triste, pero importante recordatorio de que no debemos confundir el afán del establecimiento liberal en atacar a Donald Trump con que de hecho esté de nuestro lado.

También es una advertencia de que si nuestra lucha contra las políticas de inmigración de Trump no desarrolla nuestras propias demandas de justicia y plena igualdad, nefarias demandas serán impuestas sobre nuestro movimiento por voces liberales que dicen hablar por nosotros.


EL TIMES tiene razón en que la falta de castigo a los empleadores expone la hipocresía de los políticos que dicen estar en contra de los inmigrantes indocumentados porque han infringido la ley. Como señala su editorial:

Los empleadores siguen asumiendo relativamente poco riesgo al contratar a un inmigrante indocumentado para realizar trabajo manual y pesado, a menudo por poco salario. A la vez, así como la máquina deportadora del Sr. Trump se acelera, las familias están siendo despedazadas y la laboriosa comunidad inmigrante, con profundas raíces en este país, queda atrapada entre el miedo y la incertidumbre.

Como lo hace con todo, Trump toma este añejo doble estándar y lo hace más obvio y grotesco. Ataca a los inmigrantes como "delincuentes" y divulga historias de violencia inmigrante. Mientras, junta un gabinete de ladrones, cuyos crímenes incluyen ejecuciones hipotecarias ilegales (Steven Mnuchin), racismo judicial (Jeff Sessions), y al fracasado candidato a la Secretaría del Trabajo, Andrew Pudzer, implicado en el robo de salarios y en la contratación de trabajadores indocumentados.

Pero esta duplicidad no es exclusiva de Trump. Es una característica propia de la aplicación de las leyes de inmigración en Estados Unidos y en cualquier otro país.

El propósito central de las redadas de ICE no es deportar a todos los inmigrantes, ni evitar de que "roben" empleos, sino mantener a la mayoría en su puesto de trabajo, pero más vulnerable: con miedo a defender sus derechos (y arriesgarse a que su jefe llame a ICE) o buscar otro trabajo (donde podrían tener que proporcionar nueva documentación).

Cada vez hay más pruebas de que los agentes de inmigración buscan a los inmigrantes que son líderes en su trabajo, como los empleados de Tom Cat que han organizado campañas para mejorar su condición laboral y los tres activistas de los trabajadores lácteos de Vermont arrestados por ICE hace dos semanas.

Estos trabajadores están siendo atacados no porque han roto ley alguna, sino porque exigen que sus patrones sigan las que los protegen de salarios de miseria y condiciones laborales inhumanas.

El New York Times está en lo cierto al denunciar las falsas políticas de "aplicación de la ley" de Trump que encarcelan y deportan a trabajadores inmigrantes mientras ignoran los crímenes mucho más graves de sus jefes.

Pero la solución no es castigar a los empleadores por violar la ley de inmigración, sino descriminalizar la inmigración por completo y dejar de perseguir a la gente por emigrar a países donde puedan mejorar su vida, y además, por supuesto, castigar a los empleadores por violar el derecho laboral.

Como dijo un activista sindical, nativo de este país, en un mitin de solidaridad con los trabajadores de Tom Cat, "No importa sus estatus, si trabajan aquí merecen respeto y derechos."


LA CRECIENTE resistencia a Trump probablemente dará un gran paso adelante el 1° de mayo, con grandes protestas y posibles huelgas en ciudades de todo el país.

Los derechos de los inmigrantes estarán al frente y al centro de este histórico día de protesta, lo que significa que este es un momento importante para que el movimiento debata y discuta no sólo contra qué, sino también por qué estamos luchando; y figurar cómo convencer a millones de apoyarnos.

Proponemos comenzar con dos principios básicos: Cada uno de nosotros merece los mismos derechos independientemente de dónde hayamos nacido; y, los seres humanos tenemos el mismo, si no más, derecho que las empresas para cruzar las fronteras. Estos son conceptos con los que una gran mayoría puede acordar, pero que desafían la habilidad de los patrones de debilitarnos y dividirnos.

Sobre la base de estos principios, muchas de las medidas propuestas por los supuestos aliados de los inmigrantes, en el Partido Demócrata--como los programas de trabajadores huéspedes, la deportación de inmigrantes con antecedentes penales, un larguísimo (quizá interminable) camino a la ciudadanía y hacer más difícil la futura inmigración--no son pasos hacia la justicia, sino nuevas formas de regular la desigualdad y proporcionar a los patrones trabajadores precarios.

Esto no significa que nuestro movimiento debe rechazar todo compromiso que no sea crear un mundo sin fronteras. La preocupación inmediata debe ser, por supuesto, parar las deportaciones.

Pero sí significa que debemos rechazar el callejón sin salida que es "reforma migratoria integral," impulsada durante años por demócratas y republicanos "moderados." La última versión de esta, en 2013, presentada por el demócrata de Nueva York Chuck Schumer, estaba llenas de medidas que harían a Trump feliz, como la adición de 40.000 agentes de la Patrulla Fronteriza y el despliegue de la Guardia Nacional en la frontera.

Los demócratas insisten en que sólo respaldan estas horribles medidas para obtener algo que podría ayudar a los inmigrantes indocumentados en el país, pero la reciente editorial del Times lo desmiente.

En momentos en que no puede haber compromiso alguno con Trump, el establecimiento liberal sigue buscando formas de detener el "flujo de inmigrantes indocumentados" que considera claramente un problema, pero no tiene nada que decir sobre la guerra contra las drogas y los acuerdos comerciales que crean la violencia y la pobreza que empuja a la gente a cruzar la frontera, a pesar de la "despiadada represión" de Trump.

A medida que construimos para el Primero de Mayo, nuestro objetivo debe ser fortalecer el movimiento para decir "no, gracias" a estos sollamados aliados, y afirmar que queremos nada menos que la plena libertad e igualdad para todos nosotros, nuestros seres queridos y nuestros vecinos.

Traducido por Orlando Sepúlveda

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